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El riesgo de la huella digital

investigación de detectives a través de la huella digital

Nos lo han puesto de manifiesto en repetidas ocasiones: investigar a alguien cada día es más fácil. Cualquier persona posee hoy en día un arsenal de gadgets y aparatos que sería la envidia del mismísimo James Bond, y que van mucho más allá de lo que la prolífica imaginación de Ian Fleming habría podido anticipar. Cámaras de video  de bolsillo de alta resolución, localizadores de movimientos vía satélite, micrófonos fácilmente camuflables,  grabadores de conversaciones telefónicas…etc. Todas ellas utilidades que el más común de los teléfonos inteligentes incorpora, y que están al alcance de los millones de usuarios de estos dispositivos.

Nada de las cámaras en miniatura ni los engorrosos microfilms de las antiguas películas de espías. Sin duda, estas son las nuevas herramientas del detective privado del siglo XXI.

Se diría que el trabajo de un detective privado en Palma de Mallorca, como en cualquier otra ciudad del hemisferio desarrollado del planeta, ya lo puede desempeñar cualquiera. Pero nada más lejos de la realidad. Precisamente las nuevas tecnologías son nichos de delincuencia por un lado y, por otro, resquicios para la investigación y averiguación de hechos ocultos, que solamente un profesional cualificado, debidamente formado y acreditado mediante la oportuna licencia del Estado está en condiciones de identificar y emplear adecuadamente en uno y otro caso. Siempre eso sí, dentro del margen de la legalidad.

Y es que el conocimiento que el detective privado tiene de los límites impuestos a su profesión – nadie mejor que un detective sabe hasta dónde puede llegar y hasta donde no – es la mejor garantía de que el resultado de sus investigaciones pueda ser aceptado como prueba ante un juez en unos casos, o no vulnere derechos de terceros que puedan originar perjuicios a la persona por cuenta de quién se esté investigando. Además de las nuevas herramientas, el conocimiento del oficio y de las nuevas formas delictivas, permite que un sólo detective privado pueda evitar muchos fraudes.

En definitiva, gracias a la huella digital que dejamos diariamente, un detective privado puede averiguar que estamos incurriendo en un fraude por una baja fingida, pongamos por caso. Una etiqueta o una foto compartida por un allegado en una red social, de la que no hayamos tenido constancia en el momento en que fue tomada, puede ser suficientemente reveladora. Como sucedía en el paradigmático caso de la persona cuya baja laboral no le impedía correr maratones, según atestiguaban ciertas fotos inocentemente publicadas por alguno de sus contactos.

En Detectives Cabanach sabemos bien que tenemos que hacer para poder llegar a desenmascarar situaciones que precisen de nuestros servicios. Si precisa de un detective en Mallorca, Baleares o cualquier punto de España, somos lo que necesita.